El público está sentado en una sola fila alrededor del improvisado espacio escénico. Veintinueve mujeres permanecen en la sombra a espaldas de los espectadores. En el centro de la sala, una trigésima está inmóvil, con la parte superior del cuerpo enroscada. De repente, el silencio se rompe con el eco de repetidos golpes: las veintinueve mujeres chocan sus palmas contra sus pechos al unísono, imitando el ritmo de los latidos del corazón. La trigésima, animada por este latido colectivo, curva lentamente su torso. Súbitamente, lo endereza – los latidos cesan – y lanza un grito prolongado y desgarrador, que parece contener todo el sufrimiento del mundo.
Con esta escena abre 30 somos, la obra adaptada del cuento Bosquejo de alturas de la escritora argentina Alicia Kozameh. Inspirada en la vida de su autora, quién vivió el encarcelamiento durante la dictadura militar en Argentina, la obra narra la historia de 30 mujeres recluidas en la cárcel de una comisaría. La obra original (en español) ha sido transformada en una creación multilingüe por la directora francesa Sylvie Mongin-Algan, en co-creación con Claudia Quiroga y Verónica Santos: se representa alternando el francés, español y lengua de señas francesa, intercalando pasajes en alemán y portugués; reúne a 30 actrices de Francia, España, Argentina, Chile y Brasil, entre otros países. En noviembre de 2022 y marzo de 2023, la compañía de teatro Les Trois-Huit organizó varias representaciones de la obra en el Centro de Historia de la Resistencia y la Deportación (CHRD) en Lyon, un lugar cargado de historia, ya que allí estuvieron encarcelados los prisioneros de la Gestapo durante la Ocupación.
RELATAR LAS MÚLTIPLES MEMORIAS DEL ENCARCELAMIENTO
Treinta mujeres están encarceladas en el sótano de una prisión. Treinta mujeres que hablan por turnos y se desplazan por el escenario como un solo cuerpo para relatar el sufrimiento físico y psicológico del encierro: hambre, frío, privaciones, humillaciones, tortura y violencia sexual. Esta obra que trata sobre la memoria de la violencia política es innovadora en su producción: se presenta periódicamente en varios países de Europa y Latinoamérica, integrando cada vez nuevas actrices y sus propuestas de interpretación. Notablemente, este año, el texto se tradujo y representó por primera vez en lengua de señas francesa.
A través de su itinerancia, su constante reformulación a pesar de las fronteras geográficas y lingüísticas, y la reunión de mujeres de diversos contextos sociopolíticos, el proyecto 30 somos nos hace reflexionar sobre el carácter universal de la violencia política. Pone en diálogo los múltiples relatos de esta violencia, sea la del franquismo, de las dictaduras sudamericanas, de la Alemania nazi o de la URSS. También cuestiona las formas en que se fabrica la memoria: ésta no es un material inerte, necesita ser colectivamente reelaborada, reescrita y enriquecida. La polifonía de voces que se entretejen en este proyecto nos recuerda que la memoria colectiva es un proceso creativo que debe incorporar una pluralidad de narrativas y subjetividades, especialmente cuando se elabora sobre heridas profundas que desgarran el tejido social.
Más allá del recuerdo de la dictadura, la obra también alimenta la reflexión sobre la disidencia política en un sentido más amplio, al trasponer el simbolismo del encierro a situaciones de enclaustramiento íntimo y psíquico que viven las mujeres y los cuerpos feminizados. Las actrices que encarnan a las treinta presas hacen eco de todas las mujeres (afro-latinoamericanas, indígenas, trans, queer, sordas) que sufren la opresión constante del patriarcado sobre sus cuerpos y subjetividad disidente, sin importar el régimen político vigente.
Así lo atestigua Nizra Dinamarca, uno de las 30 actrices del proyecto, con quién tuvimos el gusto de conversar después de conocer la obra. Nizra es de Chile; es dramaturgo y performer de drag king. En la obra, interpreta a la vez el personaje de una presa y el de una celadora. « Este papel fue muy importante para mí, explica, porque me permitió expresar lo que viví y aprendí desde la calle en Chile durante las protestas de 2019. La represión y los abusos de la policía hacia los manifestantes fue terrible ». Durante la representación de la obra en Lyon, Nizra llevaba una vistosa camiseta roja con la frase « El futuro es no binario » escrita en la espalda. Desde su punto de vista, este traje es una forma de desviar el discurso y la representación de la violencia; le permite reivindicar y al mismo tiempo contradecir la masculinidad agresiva que encarna en el escenario. « El carácter brutal de la celadora me permitió dar voz a esta violencia, pero también blandir este lema que hace referencia a mi lucha personal », resume.
DEL ESCENARIO AL ESPACIO PÚBLICO, LAS ARTES VIVAS COMO ARMA DE RESISTENCIA
30 somos va más allá de los límites convencionales de la escritura teatral: recurre al lenguaje de la danza, con un amplio trabajo sobre el movimiento corporal, y a una escenografía horizontal para transmitir el relato de una memoria disidente. A través de esta visión artística particularmente innovadora, los cuerpos feminizados se convierten en territorios de resistencia frente a la violencia política. En este sentido, el proyecto se asemeja a la creación escénica feminista que ha florecido en las calles de Latinoamérica desde 2016, en consonancia con los movimientos sociales. El performance « Un violador en tu camino » del colectivo chileno Las Tesis, que dio la vuelta al mundo en 2019, es sin duda el ejemplo más famoso de esta « nueva escena » popular y feminista (véase más abajo).
Este performance se organizó por primera vez en la ciudad de Valparaíso en Chile, de dónde proceden las fundadoras del colectivo. La grabación presentada arriba corresponde a la primera representación del performance que se dio en Santiago de Chile, el 25 de noviembre de 2019, en el marco del Día mundial contra la violencia hacia las mujeres. La intervención ocurrió en un contexto muy particular, ya que el estallido social sobrevenido un mes antes en la capital estaba en su plena expresión. El lugar de la manifestación no se eligió al azar: las mujeres están reunidas frente a la sede de los Carabineros de Chile; esta misma institución policial que perpetró actos de tortura y crímenes contra los disidentes políticos bajo el mando de Pinochet cometió numerosos abusos y agresiones sexuales contra lxs manifestantes durante las marchas del 2019.
El texto coreado por las participantes denuncia no solamente la violencia sexual ejercida por la policía, sino también todo el sistema que avala estos actos, tanto en el imaginario cultural como dentro de las instituciones –lo que en Francia se denomina como « cultura de la violación » (culture du viol)–, y hace cargar siempre a las mujeres la responsabilidad de la violencia que se ejerce sobre sus cuerpos. Las Tesis desarrollaron la letra del canto a partir de la síntesis de los trabajos de grandes intelectuales feministas (como Rita Segato, Virginie Despentes, Silvia Federici o María Lugones). El colectivo actúa a favor de la difusión de textos feministas y su transposición a otros tipos de lenguaje (visual, escénico) para convertirlos en herramientas de pedagogía y acción militante. Reivindican el uso del collage y del performance como modalidades esenciales para poner en acción su pensamiento, ya que estos permiten « juntar, superponer y diseñar en el espacio elementos sin una jerarquía ni una verticalidad, dejando que los espectadorxs decidan, desde un lugar activo, qué es lo que leen de la obra, qué miran, y qué eligen retener »[1].
La intervención que llevan a cabo con « Un violador en tu camino » aparece como un auténtico manifiesto de resistencia basado en el cuerpo. Cada cuerpo que compone la multitud de mujeres se reapropia del discurso opresivo y derriba el estigma patriarcal (« Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía / El violador eras tú / El violador eres tú / Son los pacos / Los jueces / El presidente »). Gracias a su unidad, su magnitud y la potencia evocadora de la puesta en escena, el cuerpo colectivo de las participantes reclama el espacio público. Esta recuperación del espacio es aún más significativa frente a un orden patriarcal que pretende excluir sistemáticamente a las mujeres y cuerpos feminizados de la escena política-pública.
Duerme tranquila, niña inocente,
Sin preocuparte del bandolero
Que por tu sueño dulce y sonriente,
Vela tu amante el carabinero.
« Un violador en tu camino », Las Tesis.
Más allá de su planteamiento ultra-contemporáneo (denunciar la violencia sexual en la actualidad), « Un violador en tu camino » nace de un auténtico trabajo reflexivo sobre el anclaje de la memoria en el presente. En efecto, los ojos vendados de las protagonistas remiten al trato de las presas y presos políticos bajo la dictadura; el título mismo del performance es una falsificación del lema « Un amigo en tu camino », que era el que usaban los carabineros bajo el régimen de Pinochet[2]. Las Tesis apuntan a la violencia intrínseca de las instituciones que se arrogan el monopolio de la defensa y protección de las personas, aun cuando poseen el « ADN del patriarcado » y conciben cualquier orden político a partir de la opresión y tutelaje de los cuerpos feminizados[3]. A través del lenguaje escénico, Las Tesis insisten en la continuidad histórica del régimen de violencia patriarcal; organizan la transgresión de un espacio del poder, dónde mujeres unidas pueden reivindicar su presencia, así como su potencia como actoras de contestación política.
LasTesis es uno de los numerosos colectivos feministas que buscan socavar el orden político-patriarcal a través del lenguaje del performance. Como ellas, las activistas de Yeguada Latinoamericana son igualmente revolucionarias en sus prácticas. Durante su performance « Orden y Patria » (realizada en octubre de 2019 en Santiago), las integrantes del colectivo se arrodillaron con el rostro tapado, pecho desnudo y calzones abajo en el Monumento a los Carabineros Mártires de Chile, y luego frente a la sede de la misma institución, blandiendo las letras « V-I-O-L-A-D-O-R-E-S »[4]. Cuando le preguntamos al respecto, Nizra nos cuenta que este tipo de acciones artísticas comenzaron a crecer en Chile a partir del 2015, a raíz de las movilizaciones feministas en Argentina. « La lucha de nuestras hermanas del movimiento #NiUnaMenos cruzó la cordillera », explica Nizra. « El arte se apoderó realmente del espacio público con las marchas feministas del 8M, y luego con el estallido social. El performance se convirtió en un arma política contra las autoridades, porque nos permitía transmitir un mensaje fuerte sin entrar en confrontación directa con la policía y los militares, y por lo tanto evitar sus agresiones y balas ». Si bien existía este fervor creativo en los círculos feministas y queer antes de 2019, se potenció y expresó plenamente con el estallido social.
CONCLUSIÓN: MANIFIESTO PARA UN ARTE ESCÉNICO FEMINISTA
El parentesco entre esta escena feminista nacida en las calles de Latinoamérica y la dinámica del proyecto 30 somos se evoca con fuerza en una de las escenas de la obra, cuando las actrices corean un fragmento de « Un violador en tu camino ». Esta elección artística fue inspirada por Nizra y la actriz franco-chilena Nicole Mersey, otra integrante del proyecto. « Creo que las voces de las mujeres del Sur son importantísimas en esta obra, resalta Nizra, las de Argentina, Chile, pero también Brasil con la presencia de Verónica [Santos], la única mujer racializada del grupo ». En su opinión, las voces de las mujeres y feministas latinoamericanas deben ser escuchadas en Francia porque hablan de formas de violencia específicas a la estructura social en el continente: « Nosotras las mujeres y artistas latinoamericanas no nos volvimos feministas porque necesitábamos competir desde una perspectiva ideológica: nuestro feminismo es tan poderoso porque es una sobrevivencia, no una ideología. Salimos a la calle y alzamos la voz porque nos violan, nos matan y nos desaparecen con total impunidad ».
¿Cuál es la potencia transformadora del arte escénico frente a la violencia política-sexual y de género? Mediante sus propuestas artísticas, las mujeres del proyecto 30 somos y las activistas latinoamericanas ofrecen respuestas inspiradoras. Trasladan la sintaxis feminista al escenario, demostrando que este es un invaluable recurso para generar resistencia, resiliencia y transformar la sociedad. Por medio de la colaboración, la co-escritura y la libre reapropiación de textos y discursos, favorecen procesos creativos que permiten el surgimiento de una memoria co-construida desde abajo, desde la calle y el campo de la intimidad. Esta memoria compuesta por múltiples subjetividades que entran en diálogo propicia la representación de personas históricamente invisibilizadas por las instituciones patriarcales.
En otras palabras, sus prácticas son el contrapunto de un arte patriarcal rígido, que impone la verticalidad de su narrativa y « secuestra todo lo que se pretende dotado de politicidad »[5]. Frente a la consagración de « grandes hombres » y sus obras, frente a las narrativas nacionales que institucionalizan la memoria (borrando, minimizando o subordinando el papel de las mujeres y disidencias en la historia), estas mujeres abren el camino a una refundición comunal, plural e inclusiva de la creación artística.
Sarah Tlili | élise pia
avril 2023
A Nizra, agradecemos con mucho cariño tu tiempo, amabilidad y generosidad; gracias por todos los increíbles contenidos visuales que nos compartiste. Queremos agradecer también a la artista visual y fotógrafa Maëlys Meyer por las maravillosas fotos de la obra.
Notas
[1] Entrevista a Las Tesis en el podcast Langosta Literaria, diciembre 2022.
[2] Magda Sepúlveda Eriz, “Colectivo Las Tesis. Performance y feminismo en el Chile de la protesta social del 2019” in Revista Letral, n°27, 2021, p. 205.
[3] Veáse Rita Segato, « Manifiesto en cuatro temas » in Critical Times, 2018 (1/1), p.212-225. Sobre el anclaje de la memoria en el performance de LasTesis, veáse Javiera Manzi y Fernanda Carvajal, « La violencia que no ves. Interrupciones feministas y cuerpos fuera de lugar en la performance de LasTesis » in Mora, vol. 26/1, 2020.
[4] Las imágenes de este performance están disponibles en la página de Registro Contracultural.
[5] Rita Segato, Ibid.